
Joseph Blatter junto a niños futbolistas, durante su visita a la capitalina Cancha Polar, en La Habana, Cuba, el 17 de abril de 2013, explanada donde la FIFA espera instalar una cancha sintética / FOTO Marcelino VÁZQUEZ HERNÁNDEZ
Joseph Blatter, presidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), dijo en La Habana que el fútbol en Cuba “es más importante en este momento que el béisbol” y aunque aclaró que “no maneja estadísticas exactas”, sus declaraciones están muy lejos de la realidad.
Blatter ha dicho algo improbable y tal vez el no sea el único que piense así. Hay una gran realidad. El béisbol cubano ha cedido espacio y eso deja margen para la duda, la comparación y la especulación. La crisis lo hace vulnerable; pero no se puede exagerar.
La práctica de pelota en el archipiélago aventaja en millas a la del fútbol, en todo: resultados (internos y externos), masividad, concepción (desde la base), infraestructura y talentos. El béisbol es un proceso, una ideología, un sentimiento. El fútbol es una intención y genera esporádicas manías; eso el mandamás no lo tuvo en cuenta para hacer su valoración.
Es cierto que ambos deportes padecen de males comunes como una pésima concepción de sus torneos elite (campeonato nacional), bajo nivel y continúas deserciones. Sin embargo, las carencias del béisbol las duplica el fútbol. El momento que vive el béisbol cubano es incomparable con el que atraviesa el fútbol.
Si la estructura de la Serie Nacional es pésima y variante; peor y más incierta ha sido la del Campeonato Nacional de Fútbol en las últimas dos décadas. Si los terrenos de béisbol son malos en insuficientes, peores y más escasos son los del fútbol. Si el nivel de la pelota es mediocre; ¿Qué calificativo merece el del fútbol? Y ni hablar de árbitros, técnicos, eventos de bases…
Las declaraciones de Blatter, recogidas en un despacho de la agencia EFE, amplifican un criterio expandido a costa de la abrumadora difusión del fútbol internacional en la televisión local, ciertamente único aspecto en el que aventaja al béisbol.
Por cada partido de pelota internacional (de reciente visualización en la TV) se transmiten aproximadamente tres de fútbol semanalmente, incluso algunos de estos en vivo. Además con resúmenes diarios en el Noticiero Nacional Deportivo y otros espacios noticiosos especializados en deporte o no.
Este solo detalle ha creado un efectismo futbolístico. Pero, ¿qué sucedería si esos espacios dedicados casi exclusivamente al fútbol de primer nivel estuvieran dosificados y pudiéramos ver béisbol de las Grandes Ligas (MLB), la Liga Profesional de Japón (NPB), la Serie del Caribe u otra?
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