Literalmente la Comisión Nacional de Béisbol (CNB), de Cuba, tiene un lazo en el cuello. Está emplazada abiertamente, como nunca antes, y su descrédito crecerá en proporción a los segundos en que tarde en deshacer la soga que le aprieta el pescuezo.
La CNB tiene un gran problema: no se pronunció al termino del grosero espectáculo protagonizado por Víctor Mesa Martínez, en aquel partido entre Matanzas e Industriales, pero tendrá que hacerlo ahora. ¡Está obligada!
No fue oportuna –al menos a la luz pública- y la trama ha tomado un giro dramático tras las declaraciones del lanzador Yaciel Lazo, quien desmintió la Circular en la que se oficializó su baja del equipo yumurino por enfermedad.
¿Miente el organismo rector de la pelota en la Isla o lo hizo el manager de Los Cocodrilos o fueron ambos?
La CNB tiene otro gran problema: Víctor Mesa Martínez. Ya habíamos advertido en un reciente post sobre su actitud desmedida y la incómoda situación en que pone a la Comisión, tanto así como en una encrucijada.
El “caso Lazo” acentúan las dudas sobre la exclusión del receptor Ariel Pestano Valdés del equipo Cuba al III Clásico y la sanción (¿extrema?) del también máscara Yosvani Alarcón Tardío. ¿Cuántas injusticias quedaron apresadas en el silencio? ¿Cuántos Lazo están por venir?
Quizás haya una respuesta, quizás no (¿acaso la CNB ha rendido cuentas de su gestión alguna vez?); pero de lo que debe estar clara es de que ahora -más que nunca- se necesita una respuesta convincente y transparente… no importa la cicatriz horrorosa sobre su rostro… Ya eso es inevitable.
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